viernes, 13 de diciembre de 2013

Reseña de 1984; George Orwell.

1984, de George Orwell.
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Sinopsis:
“En el año 1984 Londres es una ciudad lúgubre en la que la Policía del Pensamiento controla de forma asfixiante la vida de los ciudadanos. Winston Smith es un peón de este engranaje perverso, su cometido es reescribir la historia para adaptarla a lo que el Partido considera la versión oficial de los hechos… hasta que decide replantearse la verdad del sistema que los gobierna y somete.”
Me lancé a leer este clásico hace relativamente poco y no me arrepiento, aunque sí que puede que me acabe arrepintiendo de hacer su reseña: creo que es imposible transmitir lo que su lectura aporta al lector. Sin embargo, voy a intentar hacer todo lo posible para que se comprenda en términos generales.
En esta obra nos sumergimos en el mundo que el autor, George Orwell, imagina para el futuro del ser humano.

Mundo y sociedad de 1984: la tierra está dividida en tres grandes bloques: Oceanía, Esteasia y Eurasia. Nuestro protagonista, Winston Smith, vive en Oceanía, más concretamente en Londres. Esta zona está dirigida por el Partido Único y, a su vez, por el Hermano Mayor, que todo lo ve, y por la policía del pensamiento, que ejecuta a aquellos que se oponen al partido. Su gobierno está caracterizado por tres consignas bajo las cuales gobierna:
-          LA GUERRA ES LA PAZ.
-          LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD.
-          LA IGNORANCIA ES LA FUERZA.
A su vez, hay cuatro ministerios del Único Partido, Ingsoc: el Ministerio del Amor (Minimor), que es donde se tortura y reeduca a los miembros del Partido; el Ministerio de la Paz (minipax), que se encarga de los asuntos relacionados con la guerra; el de la Abundancia (minindancia), encargado de la economía, y el de la Verdad (miniver) que se dedica a falsificar los datos para mantener engañada a la sociedad. Y precisamente a esto se dedica nuestro protagonista.
Quien controla el pasado controla el futuro. Quien controla el presente controla el pasado.”

Además, existen tres clases sociales: el Partido Interior (que viven con toda clase de comodidades puesto que es la mente del Partido), el Partido Exterior (al que pertenece Winston, que son las manos del Partido) y los Proles (que son los ignorantes y la inmensa mayoría de los hombres que viven a las afueras).

Dentro de esta sociedad nos encontramos con las vivencias de Winston, un hombre con una mente inquieta en un mundo en el que esto está prohibido.  Te vigilan constantemente, no puedes expresar tus pensamientos ni sentir amor por nadie que no sea el Partido. Pensar se te niega, los hijos acusan descontroladamente a sus familiares de ser contrarios al Partido y constantemente te insertan noticias que sabes que no son ciertas, pero lo que el Partido diga en el presente, se convierte en realidad en pasado, presente y futuro.
¿Cómo consiguen que esta realidad sea posible y los hombres la acepten, e incluso, se la crean? Pues se consigue con un sistema que recuerda de forma directa a los de los regímenes totalitarios: están en guerra continua, crean desde la infancia a fanáticos crédulos e ignorantes que están en continuo miedo hacia los que les rodean, (pues si te acusan de ir contra el partido tu existencia tiene dos opciones:  te reeducan o te eliminan vaporizado o asesinado), odio a figuras externas como Esteasia y Eurasia, (según les convenga), y a la figura de Emmanuel Goldstein, el traidor por excelencia del Partido y la adulación y el triunfo extremo hacia el partido.

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Así pues, con un control exhaustivo de la realidad y con su “nuevalengua”, que se basa en una modalidad simple con un número bajo de palabras, las propicias para el Partido, consiguen crear la visión de un futuro en el cual el ser humano obedecerá sin revelarse y, ante todo, no sabrá expresarse en caso de que lo desee.
Con todo este sistema implantado, el poder del Partido será absoluto.
Sin embargo, ese tiempo aún no ha llegado en esta obra. Nuestro protagonista, con un cierto grado de indignación ante su modo de vida y con ganas de revelarse contra el sistema, consigue pensar:
“La libertad consiste en poder decir que dos y dos son cuatro.”
Pero, ¿y si hasta pensar algo tan evidente se te anula? Con el desarrollo de la historia, dentro de este ambiente de opresión y asfixia, Orwell te deja claro que si el Partido quiere que dos y dos sean cinco, tú acabarás creyéndolo.

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Este proceso de angustia y soledad sólo se relaja con la llegada de Julia, único personaje femenino con relevancia en la historia. A partir de su aparición, la novela se empieza a hacer más llevadera, más pasional, dándole al lector un rayo de esperanza en esa sociedad lóbrega y dominada. Su personalidad sorprende desde el minuto uno. Comienzas viéndola como una muchacha joven, hermosa, atlética y una firme seguidora de la Liga Juvenil Antisexo. Winston, el protagonista, comienza odiando todo lo que ella representa: “Le disgustaban casi todas las mujeres, y en particular las jóvenes y guapas.” Pero todo esto cambiará cuando Julia, en un acto planificado, le pasa a Winston una nota confesándole sus sentimientos. Julia resulta ser, para sorpresa de todos, una mujer con ideas propias, con unos instintos sexuales que le gusta calmar cada vez que puede y con una extremada meticulosidad para hacer planes, cosa que realza su agudeza mental. Ambos se unirán como dos almas solitarias, con pensamientos propios, que anhelan cada una a su manera, revelarse contra el sistema. Y así será hasta que la figura de O’Brien, un miembro del Partido Interior, haga acto de presencia y lleve a cabo el desenlace de la obra y de nuestros dos protagonistas.
En conclusión. No recomiendo su lectura a personas que pretendan leer algo fácil y rápido para desconectar un rato. La obra contiene momentos que se pueden hacer densos por su profundidad, consta de muchas descripciones y escasea en diálogos. Pero a mi parecer, esto es perfecto para insertar al lector en ese ambiente oscuro, agobiante y opresivo que Orwell pretende transmitir. No obstante, son estos matices y su conjunto por lo que merece ser leído aunque sea una sola vez. Te hace reflexionar sobre nuestro presente e incluso consigue que veas las cosas con otros ojos, ya que vemos que esta “sociedad irreal” coincide en más de un punto con la nuestra. ¿Por qué no pensar que más que ficción, Orwell escribió esto como una advertencia de a dónde podemos llegar? Tenemos tanto en común que asusta. Empezamos por ver una sociedad clasista que es un calco a la nuestra, dividida en 3 clases sociales muy mal distribuidas. Y podemos terminar destacando una cuestión que, aunque nos cueste aceptar, es un hecho probado: estamos totalmente vigilados por las altas esferas; tal vez no a tan gran nivel como en la historia, pero lo estamos.

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Para ir finalizando, debo pedir disculpas por esta reseña. Al escribirla, siempre me parece que no plasmo el contenido de la obra, su esencia, y por eso animo a todas esas almas de mente inquieta que le den una oportunidad: esta obra es un clásico que todo lector debe tener en su estantería y animarse a leer o a releer.
Voy a concluir dejando el tráiler de una versión de 1984 que se llevó al cine para aquellos que prefieran saber del tema por la vía visual y rápida. Aunque advierto que, a pesar de ser una buena adaptación del libro, jamás te transmitirá lo mismo. El tráiler está con subtítulos, pero la película puede encontrarse en castellano.